Como acompañante, comprender la anatomía y las técnicas para estimular el pene de un cliente masculino puede mejorar significativamente el servicio de acompañamiento que prestas. He aquí algunos puntos clave que conviene recordar:
Comprender la anatomía masculina
Familiarícese con la anatomía del pene, que incluye la base, el cuerpo y el glande (punta). El glande y la zona situada justo debajo, conocida como frenillo, suelen ser más sensibles.
Técnicas de estimulación
- Estimulación manual: La estimulación manual puede crear fricción y presión placenteras. Utiliza movimientos variados como acariciar, girar o centrarte en la cabeza sensible. Utiliza siempre lubricante para aumentar el placer y reducir la fricción.
- Estimulación oral: Usar la boca, los labios y la lengua para el bbbj puede ser extremadamente placentero. Presta especial atención al frenillo y al glande.
- Juguetes sexuales: Introduce juguetes sexuales diseñados para la estimulación masculina, como anillos vibradores para el pene, masturbadores masculinos o masajeadores de próstata. Esto puede añadir variedad y emoción a la experiencia.
- Juegos de temperatura: Experimentar con la temperatura puede aumentar las sensaciones. Utiliza lubricantes de calentamiento o enfriamiento o juguetes sexuales a prueba de temperaturas.
- Estimulación de la próstata: Conocida como el “punto G masculino”, la estimulación de la próstata puede producir orgasmos intensos. Esto puede hacerse manualmente o utilizando juguetes especializados.
- Bordear: Acerca a tu cliente al orgasmo, luego interrumpe la estimulación hasta que se calmen las ganas y vuelve a empezar. Esto puede dar lugar a un clímax más intenso.
- Estimulación del perineo: El perineo, la zona entre los testículos y el ano, también puede estimularse para aumentar el placer.
La comunicación es esencial
Cada cliente tendrá sus propias preferencias. La comunicación abierta sobre los niveles de comodidad y las preferencias es crucial para garantizar una experiencia agradable.
Conclusión
La estimulación del pene no es sólo un servicio, sino un arte que requiere práctica, paciencia y ganas de explorar. Dé prioridad al consentimiento, comuníquese abiertamente y disfrute del proceso de descubrir lo que proporciona el máximo placer a su cliente.
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